Prácticas para combatir la violencia de género:
1. Mesa de trabajo. Comprender las narrativas y relaciones de poder que perpetúan las practicas de violencia de genero y que incluso llegan a justificarla es necesario para determinar que factores pueden ser abordados en el proceso de erradicación de la violencia de genero. Además conocer las vivencias y expectativas de las mujeres de la comunidad las empoderaría como líderes del cambio. Por ello, considero que una primera práctica sería la promoción de una mesa de trabajo que, con respeto a la comunidad, permita establecer un plan de trabajo.
2. Centro de información. Para promover la prevención y garantizar la seguridad de las victimas, otra práctica facilitadora sería la creación de un centro de información sobre derechos, igualdad de genero y servicios presentes en la comunidad. Igualmente, el centro puede ampliarse para ser un canal de comunicación bidireccional para aquellas mujeres, niñas, niños y adolescentes que no puedan o no quieran participar en la mesa de trabajo.
3.Escuela de igualdad. Concordando con mis compañeros, y reconociendo que la educación es un factor determinante para la eliminación de todas las formas de violencia de genero, genero una practica a promover sería la realización de talleres sobre igualdad, en los centros educativos o en espacios móviles (especialmente si hay poca participación de niñas y adolescentes en escuelas formales).
4. Practica comunitaria. Con ayuda de la mesa de trabajo se debería determinar que actividad o actividades pueden realizar las mujeres en comunidad y promover tallares basados en esas actividades (talleres de tejido, costura, deportes) que refuercen las redes de apoyo entre las participantes.
5. Comunicando la igualdad. Determinando que medio de comunicación o red social es el más utilizado por la comunidad (periódico, emisora…), especialmente por niñas, adolescentes y mujeres, se puede impulsar la creación de un programa o contenido comunitario que sensibilice sobre la violencia de genero, sus consecuencias y las señales para detectarla.
6. Instituciones capacitadas. Promover la capacitación de los profesionales y prestadores de servicios de salud, jurídicos, sociales y otros a los que pueden acudir sobrevivientes de violencia de genero para que realicen una detección temprana, sensible, respetuosa y den inicio a los programas de intervención cuando sean solicitados.
De la lectura del artículo se puede afirmar que el mismo presenta un enfoque informativo centrado en las supervivientes, describiendo los hechos denunciados, las circunstancias y los posibles actores involucrados o posiblemente responsables de los hechos. El tema se trata con respeto a las supervivientes, a quienes se les garantiza la confidencialidad y sin entrar en descripciones innecesarias que pudieran revictimizar a las supervivientes, poniendo el foco en los puntos comunes de las agresiones, los factores de vulnerabilidad y la repuesta que hasta ese momento se tenía por parte de las organizaciones involucradas en la investigación.
El reportaje tiene como sujetos por un lado a las supervivientes dando visibilidad a sus denuncias, en un marco de una investigación de una práctica posiblemente recurrente. Un segundo sujeto son las organizaciones a las que pertenecen los agresores denunciados y como estas abordan las denuncias presentadas.
La imagen que transmiten las organizaciones involucradas es de desarticulación e incomprensión de la violencia de genero, en la medida, que si bien, para el momento del reportaje no se habían realizado investigaciones internas, no hacen un análisis de las fallas en los protocolos de detención de violencia de genero, ni se cuestionan los motivos por los que la práctica se generaliza y se normaliza. Esta incomprensión de las circunstancias de mayor vulnerabilidad y del desequilibrio de poder se ve reflejada en el comunicado que centra la responsabilidad en unos pocos “los malos” y no en el sistema que falló al no tener un enfoque de genero.
Cómo consecuencia de la denuncia, particularmente la OMS presentó el resultado de la investigación interna identificando a responsables de los hechos denunciados y presentando disculpas a las victimas, reconociendo, ahora sí el error estructural de la organización. Sin embargo, para septiembre de 2021 aun no se había manifestado nada en relación a posibles actividades de mitigación. Solo hasta este año 2023, la OMS presentó una Política de Prevención y Lucha contra las Conductas Sexuales Indebidas.
Los factores que creo se pueden tener en cuenta para el plan de intervención, son:
1. Causas y contexto. Es necesario determinar cuales han sido las estructuras culturales, históricas, institucionales, comunicativas, económicas y de poder que han derivado en la violencia de genero en el contexto particular y como esta se ha entendido y asumido por la comunidad. Especialmente conocer como es entendida y vivida la Violencia de genero por las mujeres y niñas de la comunidad ofrecerá un mayor entendimiento de las necesidades a abordar desde la intervención.
Dentro de las estructuras institucionales se debe conocer el marco legal y la posibilidad de acceder a servicios o asistencia por las sobrevivientes de la violencia de genero, como un punto diagnostico sobre la necesidad de fortalecer estos servicios para las victimas, reducir los obstáculos y garantizar la seguridad al momento de acudir a ellos.
Igualmente determinar cuales han sido hasta el momento las consecuencias que han recibido los responsables de la violencia de genero o en caso que no exista ninguna identificar los motivos por los que así ocurre.
2. Actores y beneficiarios del proyecto. El proyecto deberá determinar quienes son las beneficiarias directas de la intervención, así como los beneficiarios indirectos y los actores neutrales, de forma que se establezcan prioridades en orden de mitigación y prevención de la violencia de genero.
3. Circunstancias de mayor vulnerabilidad para todas las mujeres y niñas de la comunidad, determinando que factores aumentan los riesgos de violencia de genero.
4. Respuesta a las supervivientes. Establecer mecanismos de atención y mitigación de los daños ocasionados, así como planes que fomenten la resiliencia de las supervivientes.
5. Infraestructura y exclusión económica. Conocer los factores de riesgo presentes en la comunidad por motivo de la estructura física y el acceso a servicios y bienes básicos.
6. Liderazgo. Reconocer quienes son los líderes tradicionales en la comunidad o las figuras de poder, identificadando si pueden ser aliados, y empoderar a las mujeres y niñas para que participen de forma activa en el proceso de intervención y se reconozcan como liderezas del cambio.
7. Comunicación. Establecer cuales son los medios idóneos para comunicarse con la comunidad y que permitir un dialogo con las beneficiarias y aliados. Creación de canales de denuncia seguros y respetuosos de la privacidad de las victimas.
8. Educación: Desde dos perspectivas, la primera, estableciendo como se puede promover un cambio sobre la percepción de las practicas que configuran violencia de genero en la comunidad y la segunda, cuales son las barreras para que mujeres y niñas accedan o finalicen su educación formal.
Las mujeres en el ámbito laboral, considerando la complejidad de la circunstancia, pueden proponer la creación de protocolos o acuerdos con límites sobre las labores que pueden ser solicitadas de acuerdo al cargo desempeñado, liderando grupos de trabajo en los que se reconozcan las actitudes discriminatorias y se divulgue la información en la compañía. Aunque, como decía una participante en una entrada anterior, esto supone una carga adicional, no coordinar una respuesta dejará a las victimas de los actos discriminatorios aisladas y sujetas únicamente a los mecanismos internos de las empresas, que pueden no haber incorporando una perspectiva de género. Igualmente, se cuentan con las opciones legales de denuncia, pero considerando la posible existencia de miedo a la perdida del empleo, una solución negociada y que involucre a las demás trabajadoras podría tener mejor resultado en el mediado plazo.
En términos generales, una de las grandes dificultades del derecho internacional es su fuerza vinculante frente a los estados soberanos, por lo que, aunque haya mecanismos de control frente al cumplimiento de las convenciones, este es poco efectivo y la protección efectiva de los derechos queda sujeta a la voluntad política de los estados, que se enfrentan a diferentes retos institucionales, históricos y sociales. Además, varios de los protocolos son facultativos, por lo que los estados pueden decidir no adherirse a los protocolos, aun ratificando la convención, dejando muchos de los avances sin marco normativo vinculante o sin una guía suficiente. Ciertamente la existencia de convenciones especificas sobre la violencia de genero es una herramienta necesaria para afrontar la problemática, pero sin una transformación de las legislaciones nacionales, resultará muy difícil transformar la realidad de las personas
La violencia de género es un concepto amplio con el que se describe la violencia (física, sexual, psicológica, institucional, emocional) originada o cuyo fundamento es la disparidad de poder entre hombres y mujeres, por diferencias sociales entre los géneros. Aunque algunas definiciones la utilizan como sinónimo de violencia contra las mujeres, puede afirmarse que toda violencia contra las mujeres y niñas es violencia de género, pero no toda violencia de género tiene como objeto a la mujer, esto, por cuanto la violencia de género puede afectar a diferentes expresiones de genero y orientaciones sexuales.
Considero que una de las mayores dificultades para entender el concepto y abordar la problemática se encuentra en la aceptación de la desigualdad ocasionada por la diferencia. Si bien, como seres humanos todos y todas somos diferentes, esas diferencias han significada motivo de exclusión del ejercicio del poder de forma tan consistente que se repiten y reproducen las violencias sin generar mucho o ningún cuestionamiento, incluso desde la enseñanza de cual es nuestro genero y el rol que eso conlleva a nivel familiar y social.